domingo, 7 de octubre de 2012

El gallo (Poema centón)

 





¿Quiénes son esas gentes, que en el puente me aguardan? Son los [lugareños.
Quien tenga una esperanza, ocúltela.
Es bastante fácil hacerlo en una celda,
mas la tortuga no sabe que esto causa admiración.
Sosegada y siempre a punto.

Tu tarea es encender la pipa de tu dueño.

¿Y pues, Her Doktor?
¿Dejarás alguna vez de mirarme?
¿Me darás tiempo de tragar saliva?

Le inspiró miedo la metáfora, el objeto con el que él era comparado,
no uno de los mitos masculinos que creábamos antes
llevando cargamento de clavos y madera.
Bufallo Bill ha muerto.
Levantad, carpinteros, la viga del tejado. Con Ares llega el novio, mucho [más alto que un hombre alto
con aire de Mein Kampf.
Un semental plateado.

¡Enhorabuena! ¿Quién es la novia?
Soy yo.
(Quien me oía, me daba la enhorabuena,
quien me veía, se ponía de mi parte).
Vivo en compañía de avestruces.
Tened paciencia mientras hablo,
cuando termine podréis burlaros.
 
Hablaré de las pequeñas crueldades de la infancia:
todos estos fantasmas estremeciéndose desenfocados.
He leído cada página del viaje de mi madre
por no haberme cerrado las puertas del vientre
y no haber evitado el sufrimiento a mis ojos.
Me agarra con fuerza por la ropa.

Yo te amo, podrida,
deliciosa podredumbre.

No creo en el pecado. Es perder el paso.
Pero primero pecaré por ti
cuando te encuentre.
Un hombre estúpido y alegre,
órfico, delicado
Dioniso del inframundo.

Este es mi sustituto para la pistola y la bala.
Si ya he matado a un hombre, que sean dos.
Si él te roba, te injerto nueva vida.
DEPRISA, POR FAVOR, ES LA HORA.

Quedará lavado y blanco como la nieve,
cruel con sus pollos, como si fueran extraños.
¿Quién le dio al gallo la inteligencia?

Hermana negra,
cómo conozco el algodón y el hilo de esta almohada.
Detengámonos en el portento de la mutilación, su instante
por no haber dicho demasiado no pudiendo más.
Deja de dar golpes. Deja de hacerte sangre.

Y yo que salgo de tu portal cuchillo en mano y pensando en la cena...(Terminada la comida, ella está aburrida y cansada). Es para volverse loca. [Es para llegar puntual al trabajo.

El de la botica me dijo que no habría problemas, pero no he vuelto a ser la misma.

Verdaderamente son brutales esas iglesias de pueblo.


 


Procedencia de los versos


¿Quiénes son esas gentes, que en el puente me aguardan? Son los lugareños.: La reunión de las abejas, Ariel, Sylvia Plath
Quien tenga una esperanza, ocúltela.: Reaparicíón de lo heroíco, El inocente, Jose Ángel Valente
Es bastante fácil hacerlo en una celda:  Señora Lázaro, Ariel, Sylvia Plath
mas la tortuga no sabe que esto causa admiración: Sueño de una vieja tortuga, El gran número,Wyslava Zymborska
Sosegada y siempre a punto: Muy lejos de aquí, Las flores del mal, Charles Baudelaire

 Tu tarea es encender la pipa de tu dueño: A una malabaresa, Las flores del mal, Charles Baudelaire

 ¿Y pues, Her Doktor?: Papaíto, Ariel,  Sylvia Plath
¿Dejarás alguna vez de mirarme?
¿Me darás tiempo de tragar saliva?: Libro de Job, La Biblia

Le inspiró miedo la metáfora, el objeto con el que él era comparado: Prólogos a lo que es posible, La roca, Wallace Stevens
no uno de los mitos masculinos que creábamos antes: Mirando los campos de lado a lado y observando el vuelo de los pájaros, La roca, Wallace Stevens
llevando cargamento de clavos y madera: Tulipanes y chimeneas, E. E. Cummings
Levantad, carpinteros, la vida del tejado. Con Ares llega el novio, mucha más alto que un hombre alto.: Levantad, carpinteros, la viga del tejado, J. D. Salinger
con aire de Mein Kampf: Papaíto, Ariel, Sylvia Plath
Un semental dorado.: Búfalo Bill ha muerto, E. E. Cummings
Bufallo Bill
ha muerto.: Búfalo Bill ha muerto, E. E. Cummings

- ¡Enhorabuena! ¿Quién es la novia?
- Soy yo. : "Con faldas y a lo loco", Billy Wilder
(quien me oía, me daba la enhorabuena,
quien me veía, se ponía de mi parte): Libro Vivo en compañía de avestruces.: Libro de Job, La Biblia
Tened paciencia mientras hablo,
cuando termine podréis burlaros.: Libro de Job, La Biblia

Hablaré de las pequeñas crueldades de la infancia: Aquellos tiempos, Vive o muere, Anne Sexton
Todos estos fantasmas estremeciéndose desenfocados: Serena II, Poemas en inglés, Samuel Beckett
He leído cada página del viaje de mi madre.: La travesía del Atlántico, Vive o muere, Anne Sexton
por no haberme cerrado las puertas del vientre
y no haber evitado el sufrimiento a mis ojos.: Libro de Job, La Biblia
Me agarra con fuerza por la ropa: Libro de Job, La Biblia

Yo te amo, podrida/ deliciosa podredumbre: Medlars and sorb-apples, ¡Pájaros, animales y flores!, D. H. Lawrence

No creo en el pecado. Es perder el paso.: Las palmeras salvajes, William Faulkner
Pero primero pecaré por ti,
cuando te encuentre.: Por fortunas peores, Juan Carlos Suñén
Un hombre estúpido y alegre: Tulipanes y chimeneas, E. E. Cummings

Órfico, delicado/ Dionisio del inframundo: Medlars and Sorb-apples, ¡Pájaros, bestias y flores!, D. H. Lawrence

Este es mi sustituto para la pistola y la bala.: Moby Dick, Herman Melville
Si ya he matado a un hombre, que sean dos: Papaíto, Ariel, Sylvia Plath
Si él te roba, te injerto nueva vida: Soneto XV, Shakespeare
DEPRISA, POR FAVOR, ES LA HORA.: La tierra baldía, T. S. Elliot

Quedará lavado y blanco como la nieve: El hipopótamo, T. S. Elliot
Cruel con sus pollos, como si fueran extraños: Libro de Job, La Biblia
¿Quién le dio al gallo la inteligencia?: Libro de Job, La Biblia

Hermana negra,: Letanías, Samuel Beckett
cómo conozco el algodón y el hilo de esta almohada.: Herida en cuatro tiempos, Claudio Rodríguez
Detengámonos en el portento de la mutilación, su instante: Un divorcio, Autoría, Julieta Valero
por no haber dicho demasiado no pudiendo más.: Letanías, Samuel Beckett

Deja de dar golpes. Deja de hacerte sangre: Un divorcio, Autoría, Julieta Valero

Y yo que salgo de tu portal cuchillo en mano y pensando en la cena... Es para volverse loco. Es para llegar puntual al trabajo: Un divorcio, Autoría, Julieta Valero

(Terminada la comida, ella está aburrida y cansada): La tierra baldía, T. S. Elliot

El de la botica me dijo que no habría problemas, pero no he vuelto a ser la misma.: La tierra baldía, T. S. Elliot

Verdaderamente son brutales esas iglesias de pueblo: Las primeras comuniones, Arthur Rimbaud

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